Hace unos años Risto Mejide, en su etapa más polémica en los medios, llamaba productos a los concursantes de un conocido programa de TV y nos pareció un escándalo. Más allá de las formas el motivo principal del choque se debió, desde mi punto de vista, a la incomprensión del término por parte de muchos; yo incluida. Aún no estábamos preparados para entender qué había detrás de esa palabra que, aparentemente, deshumanizaba a la persona para convertirla en un objeto capitalista
Hoy, varios años de por medio y unas cuantas dosis más de conocimiento en marketing y comunicación, ese mismo concepto frío y macarra del publicista es más cool y amable bajo la denominación de MARCA PERSONAL.
Cantantes, actores, periodistas, empresarios , emprendedores y un largo etcétera de perfiles profesionales trabajan y potencian su branding personal como si de un producto se tratara con total normalidad.
¡Qué importante es la cultura! No cerrarnos a nada y dejar que las ideas y la innovación fluya. Introducir conceptos nuevos suele ser chocante, lo acepto, pero no una razón para la confrontación o la resistencia. El progreso está ahí esperando a que nos decidamos a tomarlo de la mano. Él va a seguir avanzando con o sin nosotros. Lo único que necesita es tiempo y espacio.